lunes, 21 de agosto de 2017

PERFIL ANÓMALO

Por Marco Loyola



“Las elecciones son en tres meses, pero el alcalde prácticamente ya está elegido” dijo Hugo López a su socio Carlos Rendón. Ambos buscaban sacarle la vuelta a la estafa de la cual habían sido víctimas tres semanas atrás, cuando habían decidido comprar un terreno de 3000 metros cuadrados en las afueras de la ciudad con buena parte de los ahorros de sus vidas. Ninguno de ellos tenía mucha experiencia en bienes raíces, pero decididos a hacer el gran negocio, no dudaron en pagar de inmediato el precio de oportunidad al cual se estaba ofertando el gran lote. Después de la compra formaron una inmobiliaria, la cual mandaría a construir un complejo habitacional cuyos departamentos serían vendidos a muy buen precio gracias al boom de vivienda en la ciudad. Era un negocio que parecía no tener pierde.

No fue sino hasta que el representante de la constructora elegida visitó el lote que ambos se llevaron una amarga sorpresa. “Toda esta zona es una quebrada seca, se inunda cada vez que hay lluvias fuertes” dijo el ingeniero.  Vinieron más palabras y explicaciones técnicas, pero ninguno de los dos estaba escuchando, en sus mentes solo retumbaba esa primera frase de un verdadero especialista; su flamante adquisición no era más que un gran cauce de rio esperando sin prisa volver a la vida. Al salir de su abstracción, vino otro golpe tan devastador como el primero. “El terreno está lejos de las redes de agua, sería difícil y costoso traer hasta aquí líquido elemento suficiente para todo un complejo habitacional, para una casa o dos quizás, pero para decenas de departamentos…muy difícil y caro…sería prácticamente imposible abastecer a todos manteniendo un margen de ganancia para el proyecto. De construirse, los residentes sufrirían de escasez hídrica permanente”.

“¿Y si construimos de todas maneras?” preguntó Carlos.

 “Se puede”, afirmó el ingeniero, “pero pueden haber problemas. Para construir se necesita sacar licencia, ésta la entrega la Municipalidad. El actual alcalde, el doctor Federico Rodríguez, es un tipo muy correcto. Su gerente de Desarrollo Urbano, el arquitecto Alberto Solórzano, evalúa las peticiones de licencias y prácticamente es él quien decide si entregarlas o no; también es una persona muy derecha, con ellos ni hablar. Sin embargo, su periodo en la alcaldía ya está terminando…no sé…quizás los próximos sean más accesibles. Díganme ustedes, yo construyo cuando me lo indiquen, es su decisión”

Se despidieron del ingeniero llenos de frustración, heridos en lo más profundo de sus egos y ambiciones.

Algunos días después, la voz de Hugo sonaba optimista al otro lado del teléfono. “Ven a mi casa Carlitos, ya sé cómo saldremos airosos de todo esto”.  Camino a casa de su socio, Carlos se preguntaba con qué saldría Hugo esta vez. Era él quien lo había convencido de invertir en el terreno, no habían intercambiado palabras en una semana, desde el día que discutieron luego de hablar con el ingeniero constructor. Después de recibirlo efusivamente e invitarle una copa de whisky barato, Hugo comenzó a presentar su plan: “Quiero hablarte sobre el asunto del terreno, no todo está perdido hermano”. El humor de Carlos iba mejorando conforme Hugo avanzaba con su discurso. “Empecemos a construir sin licencia, la zona está tan alejada que nadie nos va a molestar, luego hacemos una preventa de departamentos a precios bajos, es decir una adquisición en proyecto. Yo tengo varios amigos profesores que están dirigiendo la Derrama Magisterial, es algo así como una cooperativa de profesores de escuelas públicas,  ya he hablado con ellos y me aseguraron que con tan solo un pequeño “incentivo” de unos veinte mil soles, podemos asociarnos para venderles departamentos a los afiliados con descuento por planilla. Es decir, una vez un profesor califique para el programa y firme la autorización de descuento, la Derrama nos paga la totalidad del costo de cada departamento que se venda, y luego ellos  descuentan ese monto de los sueldos de los docentes, con sus respectivos intereses, durante 10, 15, 20 o hasta  25 años. Vendemos la idea como si fuese un apoyo para que los maestros tengan vivienda a precios accesibles, estoy seguro que éstos acudirán en tropeles por ésta única oportunidad de hacer realidad el sueño de la casa propia. Mientras tanto, vamos a apoyar con una contribución en efectivo “off the records” la campaña del candidato a la alcaldía Jaime Llontop, es compañero mío de la promoción 87 del Lizarzaburu del Porvenir y está primero en las encuestas de lejos. Las elecciones son en tres meses, pero el alcalde prácticamente ya está elegido”.

Luego agregó: “una vez electo, Jaime nos deberá un favor, estoy seguro nos dará la licencia sin investigar mucho sobre la ubicación del terreno. Tú sabes, construimos así nada más, con material pobre y barato, total, igual el huayco algún día va a venir y se va a llevar todo eso. Vas a ver, venderemos todo y haremos la entrega rápido. Los profesores y sus familias se van a mudar de inmediato. Cuando vengan las inundaciones, ya habremos vendido y cobrado todo, los descuentos serán problema de la Derrama. Además, tú sabes que el representante legal de nuestra empresa es un sobrino lejano mío, le hice firmar a cambio de una propina y una noche en un conocido club nocturno camino a Huanchaco, si hay algún problema, es él quien tendrá que vérselas con todo. Nosotros, como ves, ¡nada que ver! He pensado en todo”

Carlos no podía caber en su piel de contento, admiraba la sagacidad de su amigo y socio para convertir la adversidad en oportunidad.

Los resultados de las elecciones dieron una victoria arrolladora a Jaime Llontop. “Te dije, ya está. Hay que dejar unos días para que se instale bien y luego regularizamos lo de la licencia”

Pasaron tres semanas después de las elecciones y los bloques de departamentos ya comenzaban a tomar forma. La campaña publicitaria dirigida a los docentes de la Derrama estaba siendo un éxito. Muchos ya habían firmado solicitando los descuentos por planilla y estaban en pleno proceso de calificación. “El esfuerzo vale la pena con tal de contar con un techo propio donde vivir” pensaban los maestros. Hugo decidió que ya era  tiempo de visitar a su amigo el alcalde Llontop.

“Bienvenido Hugo”, exclamó el alcalde al ver entrar en su despacho a su camarada de aventuras escolares. 
“Amigo, veo que te va de maravilla como alcalde, es todo un honor haberte apoyado en la campaña”. Así inició Hugo la amena charla, donde se combinaron anécdotas escolares, los avatares de la campaña y los planes para la ciudad. Pasado un rato y roto definitivamente el hielo,  Hugo lanzó a la palestra el verdadero propósito de su visita: “Amigo, vengo para pedirte un pequeño favor, tengo un proyecto de construcción de departamentos para docentes. Ya lo tenemos avanzado y muchos maestros ya están en plena evaluación para comprar sus inmuebles, pero hay un pequeño detalle, no hemos formalizado el tema de la licencia de construcción de la municipalidad, no tuvimos tiempo. Me falta ese documento para que la Derrama me haga los pagos una vez los profesores califiquen. Estoy seguro me puedes apoyar con eso, te lo voy a agradecer bastante Jaimito”.

“No faltaba más Hugo” replicó el alcalde. “Ahorita mismo derivo el caso al Gerente de Desarrollo Urbano, no es necesario que lleves el expediente técnico, yo le diré que está todo en orden y que firme nada más sin mucha complicación. Mañana ya estará todo listo, lo recoges del despacho de Desarrollo. Dime una cosa, tú ya verificaste que está todo en regla, ¿verdad?

“Por supuesto Jaimito” respondió Hugo. “¿Tú crees que me atrevería a traer todo esto ante ti si no fuese así?”. “No, no. Claro que no, yo sé que tú eres un hombre derecho” dijo el alcalde. “Ahora me disculparás, tengo mil pendientes. Gusto de verte hermano, ya nos reunimos otro día para conversar”.

Tal cual lo ofreció el alcalde, Hugo recogió su licencia el día siguiente. Esa noche fue a celebrar con Margarita, su asistente personal con quien desde hace algunos meses compartía largas noches de desenfreno y lujuria cuando su esposa se encontraba en comisión de trabajo en la capital. “Esta escapadita me va a venir bien hoy” pensaba Hugo. Recogió a Margarita y fueron a una cabaña rústica en la discreta playa de Puémape, a 90 minutos de la ciudad. Hugo le contó sobre el éxito de su proyecto, lo cual fue celebrado por Margarita con contorsiones más intensas y atrevidas de lo acostumbrado. Lo mejor de la sesión aún estaba por venir cuando Hugo cayó en cuenta del constante golpeteo en la calamina que servía de techo. “¿Qué es eso?” Se preguntó en voz alta. “Es solo un poco de lluvia” replicó Margarita, “tú sigue en lo tuyo”. “Pero ya lleva buen tiempo sonando, es una lluvia muy fuerte, parece de la Selva” pensaba Hugo.

Esa noche, mientras Hugo manejaba de vuelta a la ciudad, la intensidad de la lluvia no hacía más que aumentar y aumentar. En sus 47 años de vida, nunca había visto un aguacero tan fuerte sobre su tierra natal. Las calles estaban tan inundadas que algunos vehículos se quedaban estancados en medio de la decadente cinta asfáltica. Cuando finalmente llegó a casa, encontró la sala inundada por un cauce proveniente del agua de lluvia empozada en el patio; las cañerías de desfogue que deberían haber evitado el desastre habían colapsado. Fue mientras intentaba poner a buen recaudo los enseres de la casa que un temor emergente de su entrañas llegó a su mente…no podía ser…

“El fenómeno anómalo del Niño costero ataca la zona norte del Perú” era el titular de todos los medios del país. Durante semanas, la lluvia sólo paraba para tomar aliento y volver a azotar con más fuerza la siguiente vez. Al cabo de unos días, las quebradas de las alturas se activaron una tras otra, haciendo que toneladas de piedras y lodo desciendan sobre la ciudad con furia infernal, arrastrando todo a su paso. La quebrada donde se encontraba el proyecto de Hugo y Carlos fue una de las primeras en despertar. Uno a uno, los bloques de departamentos fueron destruidos, hasta que solo quedó un cauce indómito que no menguaría en varias semanas; la naturaleza reclamó como suyo lo que el hombre le quiso arrebatar.

“Señor López, le llamo por encargo del alcalde, quiere reunirse con usted el día de mañana a las 11:00 am” dijo la secretaría a Hugo por teléfono. Hacía ya tres meses que las precipitaciones habían cesado, fueron tres semanas de huaycos y tormentas que dejaron a todo el norte del país destruido; viviendas, sembríos, proyectos de irrigación…todo había sido borrado sin rastro. Llevaría meses, incluso años, recuperarse. En cuanto a los departamentos, Hugo y Carlos perdieron absolutamente todo, no llegaron a hacerles ningún depósito pues la Derrama se negó a aceptar la licencia de construcción que Hugo les quiso dar una vez iniciadas las lluvias. Para ese momento, ya se había hecho evidente que el proyecto se encontraba en una zona de inundación, que era todo una estafa.

“¿Qué querrá hablar conmigo Jaime?” Se preguntaba Hugo. “Ya se dio cuenta que quise jugarle chueco con lo de la licencia de construcción, ¿querrá encarármelo? Sentado en la sala de espera del despacho edil, sentía una mezcla de ansiedad y vergüenza al tener que enfrentar a un viejo camarada de quien había pretendido aprovecharse.
“Toma asiento Hugo”, le dijo gravemente el alcalde Llontop cuando Hugo fue invitado a entrar a su oficina. “Jaime…amigo…lo siento…me imagino de lo que quieres hablarme…yo…”. “Por favor escúchame Hugo” lo interrumpió el alcalde. “Ya estoy al tanto de todo, tu proyecto no era más que una gran estafa. Sabes, con eso me has demostrado que eres un ser humano vil, que no te importa aprovecharte de los más necesitados con tal de sacar ventaja para ti; eres ruin y despiadado, sin ninguna sensibilidad social, por dinero eres capaz de pisotear y perjudicar a los más pobres, incluso a tus amigos y familiares. No tienes ningún valor, moral o ética más allá de la propia satisfacción; y me involucraste en eso, para ti la política no es más que una forma de llenarte los bolsillos a toda costa, sin contemplaciones de ningún tipo; no te interesa el bienestar del pueblo más que como pantalla para engrosar tus cuentas y defender tus oscuros intereses. En fin, tienes el perfil ideal que necesito para el nuevo Gerente de Desarrollo Urbano, ya saqué al gerente de la gestión anterior que se hacía el muy correcto. Hugo, hermano mío, ¿puedes comenzar a trabajar el lunes?

16 de agosto del 2017. Trujillo, Perú








9 comentarios:

  1. "Crónica de un huayco anunciado" hhahhahaha buen trabajo amigo :) Felicitaciones!

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  2. Tu historia tiene de todo Marquito: Excelente redacción, atrapa el interés, es ágil y dinámica, de gran actualidad y encierra tal amarga realidad que al inquietarnos así nos invita a reaccionar!

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    1. Gracias Miss Maruzzela. Viniendo de usted vale siempre el triple. Ojala pronto se nos dejen de hacer naturales estas cosas

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  3. Muy interesante historia amigo. Éxitos.

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  4. Y yo juraba que el alcalde dejaría de ser su amigo hahaha, que buena historia profe

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    1. Gracias Renato...lamentablemente los finales no siempre son felices

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